Cuentos de una familia que canta
(1964) No había cumplido 6 años cuando me llevaron al Municipal (Teatro Municipal de Caracas) a escuchar a la Coral de Mujeres de Vinicio Adames. Flotando en la butaca y con los pies colgando estiraba mi cuello para tratar de identificar entre esa multitud de mujeres bellas, la voz especial de mi mamá. Yo pensaba, “Seguro que es esa: la que cantó ‘Palomita Blanca’ en otro tono”. Porque Anita era contralto, como yo. O yo como ella. En cambio, Tía Nella y Tía Chata eran Sopranos, como mis primas las Morochas. Del repertorio recuerdo especialmente la siguiente pieza:
Ellas tres, mis tías y mi mama la cantaban alegremente, para evadir cualquier situación engorrosa… y terminaban felices, soltando una carcajada.
No tengo memoria de alguna anécdota especial de esta época, lo que sí sé es que se veían felices y eso encendió una pequeña llama, inagotable, que se alimenta cada vez que canto, sola en la ducha o con mis amados del coro. Si recuerdo el uniforme, negro, largo, mangas ranglan con un cuello blanco gigante, solemne. Cantaban como ángeles.
De allí salíamos en cambote niños y adultos a celebrar el concierto y echar los cuentos del coro. Padres, tíos, tías, todos cantaban. Así como hacemos nosotros, seguían cantando y repetían anécdotas del Orfeón de la UCV. A mi papá que era tenor, alto, catire y flaco, lo llamaban la ‘Cabra Rubia’. Me encantaba esa pieza. Me daba risa que dijeran tiplín.
Contaban los cuentos del Maestro. Y si creen que Alberto Grau es bravo, busquen cuentos sobre (Antonio) Estévez…… daba miedo.
![Humor Coral](https://cusibglobal.org/wp-content/uploads/2022/05/caricatura-maestro-estevez.jpg)
Humor Coral
Morella Muñoz cantaba en esa Coral. Qué orgullo y que ilusión esperar que nos soltara alguna perla en petit comité.
Y nosotras dale a aprenderse todas las canciones del Quinteto Contrapunto. Desde entonces cantar a dos voces era nuestro reto. A cualquier canción le conseguíamos la “segunda voz” y dábamos nuestros pequeños conciertos. Cantábamos los cuplés que nos enseñaban Mami y Tía Eva. Nuestro preferido era ‘La Campesina’. No perdíamos oportunidad de cantarlo con nuestro modesto quinteto. Su letra caló en nuestro espíritu, y forjó nuestra personalidad.
No terminábamos el concierto sin cantar el Canon de Frére Jaques a cuatro tiempos. Algún día que nos reencontremos les haremos nuestra pequeña representación
La Campesina
La Campesina representa lo que somos en realidad
No nos pintamos ni no´arreglamos
Como la chica de la ciudad
Celecoté, Celecotá, ¡lo que tenemos es verdad!
Purum pum pum, purum pum pum
Purum pum pum, purum pum pum
Hay hombres que se unen con, mujeres de la ciudad
Y sufren la decepción, cuando se va a acostar
Por qué resulta que toman por esposa a una mujer hermosa con todo artificial
Y ya casado se sienten estafados, pues todo lo encontrado, no era natural
Purum pum pum, purum pum pum
Purum pum pum, purum pum pum
Si usted se casa con una campesina, casi casi adivina lo que se van a encontrar
Y ya casado no se siente estafado pues todo lo encontrado si era natural
Purum pum pum, purum pum pum
Purum pum pum, purum pum pum
![Concha Acústica de Bello Monte](https://cusibglobal.org/wp-content/uploads/2022/05/concha-acustica-bello-monte.jpg)
Concha Acústica de Bello Monte
Sin duda alguna la pieza coral que más me ha gustado jamás es el Compae Facundo. La escuché y la canté por primera vez con la Coral Barlovento. Ya tenía 12 años y de vez en cuando, con mi mamá, me coleaba en los ensayos en casa de Inocente Palacios. Era todos adultos, me aceptaron, tipo mascota. Dimos unos cuantos conciertos en La Concha Acústica de Bello Monte y en el Ateneo (Caracas). Hasta hicimos una gira para Río Chico y dimos conciertos en una Concha Acústica chiquita que hay en el pueblo. Era una gente simpatiquísima que o cantaba o echaba chistes verdes…
![Orfeón Unicersitario UCV Orfeón Unicersitario UCV](https://cusibglobal.org/wp-content/uploads/2022/05/coro.jpg)
Orfeón Universitario UCV
Nuestros padres nos regalaron el amor por la música y el canto. Eso le debemos a nuestros hijos:
Enseñarles que el sencillo hecho de cantar es un recurso para dejar salir nuestro espíritu y percibirlo fuera de nosotros coloreando el viento.
Mi hijo cantó alguna vez en Kolenu y en Ave Fénix. De regalo, al graduarse de bachiller, le regalé Clases de Piano y Composición con la Maestra Beatriz Bilbao. En más de una oportunidad me ha conmovido escucharlo tocar sus arreglos en el Pleyel que tía Eva trajo de Francia.
Con mi mamá siempre hice cosas muy bellas y entretenidas. Al final era ella quien venía a disfrutar de nuestros conciertos. Nuestra infalible fan.
Ahora ella no está. Se fue volando, alegre por reunirse con sus amigos.
Mi amor, gracias por ese relato tan emotivo; que atesorable legado el que recibiste y el que estás dejando. Compartir lo que la música y el canto han hecho en tu vida y en tu familia, nos hace admirarte aún más como un ser muy especial. Te quiero muchísimo. Reina