S. Rachmaninoff Parte II: Amor y éxodo. Una vigilia ‘eterna’

Sergei Rachmaninoff y Natalia Alexandrovna Satin
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Viene de: «S. Rachmaninoff Parte I: El sonido de campanas en tiempos de guerra.»

En 1900 publica su Concierto para piano No. 2 en Do menor, recobrando su autoestima como compositor al obtener los elogios del público y la crítica. El romance que tenía con su prima Natalia Alexandrovna Satin acabó en boda un par de años más tarde, aunque no sin pasar por serias dificultades, ya que la Iglesia Ortodoxa de aquella época prohibía las bodas entre primos. Su mujer, también pianista, y su familia política ejercieron un halo de seguridad sobre Sergei, lo que le llevó a componer asiduamente sin mayores sobresaltos.

Esta situación de bienestar no duraría mucho, pues la situación política en Rusia comenzaba a enturbiar la vida social. Es debido a esto que Rachmaninoff decide salir de Moscú y establecerse en Dresde, desde donde organizó exitosas giras por Europa y Estados Unidos, consiguiendo contratos importantes y un éxito extraordinario.

Repique de campanas en una Iglesia Ortodoxa de Moscú

“Existe una carga que quizá la edad haya puesto sobre mis hombros, más pesada que ninguna otra, y me era desconocida en mi juventud. Esta carga es que no tengo patria. Tuve que dejar la tierra en la que había nacido, donde pasé mis años juveniles, donde luché y donde sufrí todos los dolores que supone tener que abrirse paso, y donde logré, por fin, el éxito. Todo el mundo está abierto para mí y el éxito me aguarda en todas partes. Sólo un lugar permanece inaccesible y ese lugar es mi propio país: Rusia.” – S. Rachmaninoff

Los contratos con los empresarios rusos le hicieron regresar a Moscú, donde las nuevas tendencias musicales que llevaban a cabo músicos como el irreverente Prokofieff, lo alejaron del círculo de intelectuales moscovitas. Sin embargo, cumplió con sus obligaciones contractuales mientras componía los trece últimos Preludios de la Opus 32, completando la colección de 24.

En 1914 estalló la 1era Guerra Mundial, mientras publicaba su obra “Las Campanas”. Sergei se aferraba con fuerza a su tierra rusa y a sus costumbres campestres, y pese a la grave situación mundial de la época, dio vida a las bellísimas series de la Op. 34 y de la Op. 38.

«Soy un compositor ruso, y mi país de nacimiento ha influido inevitablemente sobre mi temperamento y mi actitud. Mi música es el producto de mi naturaleza y, por tanto, es música rusa; nunca trato conscientemente de escribir música rusa, o cualquier otra clase de música.» – S. Rachmaninoff

Soldados rusos durante la 1era guerra mundial

Finalmente, en 1915, Rachmaninoff compuso su versión de la “Vigilia de toda la noche” que consta de 15 movimientos, nueve de los cuales se basan en cánticos tradicionales de la iglesia ortodoxa oriental que provienen de Grecia, Kiev y Rusia. La finalidad de esta composición fue apoyar a su país y a las tropas rusas que luchaban en el frente.

A lo largo de la composición de nueve movimientos, Rachmaninoff utiliza el rango completo de la voz humana, en una escritura que combina magistralmente las muchas líneas del coro de voces mixtas, todo anclado por el sonido de bajo profundo típico de los cantos ortodoxos rusos. La resonancia de sopranos, contraltos, tenores y bajos es tan poderosamente sonora como el repique de las campanas de una catedral.

Vigilia de toda la noche Iglesia Ortodoxa Rusa

  1. «Venid, adoremos»
  2. «Alabado sea el Señor, alma mía»
  3. «Bendito el hombre»
  4. «Luz alegre»
  5. «Nunc dimittis»
  6. «Ave María»
  7. «Gloria a Dios»
  8. «Alabado sea el Nombre del Señor»
  9. «Bendito sea el Señor»
  10. «La Veneración de la Cruz»
  11. «Magnificat»
  12. «Gloria in Excelsis»
  13. «El día de la salvación»
  14. “Cristo ha resucitado”
  15. “Himno a la Madre de Dios”

Los últimos movimientos son invención del propio Rachmaninoff, utilizando motivos típicos de las melodías ortodoxas orientales. El punto culminante dramático de la obra es el noveno número, Blagosloven esi, Gospodi (Bendito sea el Señor), que narra la historia de la Resurrección.

El texto, originalmente escrito en eslavo, fue traducido al latín de la Iglesia Ortodoxa, considerablemente diferente al utilizado por la Iglesia Católica, así, el comienzo de la pieza en el caso del Ave María que corresponde a la sección 6 de la Vigilia queda de la siguiente manera:

– “Virgo Dei Mater…” – Iglesia Ortodoxa Rusa (partitura completa)

– “Ave Maria gratia plena…” – Iglesia Católica Romana (partitura completa)

Esta pieza conmovedora encarna toda la sencillez de la música ortodoxa rusa y muestra la belleza arrebatadora del lirismo de Rachmaninoff. Durante una vigilia completa, el Ave María se interpretaría a la medianoche, por lo tanto,  12 notas de campana sonarían en el vértice de la pieza. En un concierto actual, se pueden hacer repicar campanas fuera del escenario para un efecto especial durante un montaje coral.

A los dos años de componer la “Vigilia de toda la noche”, Rachmaninoff, de unos 40 años, se vio obligado a huir de Rusia con su esposa e hijas debido a la explosión de la Revolución Bolchevique en 1917. Desde su autoexilio, compuso sólo seis piezas originales durante los restantes veinticinco años de su vida. Habiendo perdido casi todo en la revolución, estaba decidido a devolver a su familia a su nivel de vida anterior lo más rápido posible, lo que significaba dejar de componer y dedicarse a seguir una carrera como virtuoso del piano en giras de conciertos. Un calendario de actuaciones agotador, problemas de salud periódicos y la nostalgia por su Rusia natal hicieron que la composición fuera cada vez más difícil. Quizás no sea una sorpresa que los sonidos de su infancia y de la Iglesia Ortodoxa Rusa le recordaran su tierra de nacimiento. Dijo que «La Vigilia», junto con su obra sinfónica coral «Las Campanas», eran sus dos composiciones favoritas. Pidió que el quinto movimiento de la vigilia de toda la noche, “Nunc dimittis”, se cantara en su propio funeral.

Los restos del compositor descansan en el cementerio de Kensico Valhalle, Nueva York, Estados Unidos.

2 Comments

  1. Glenda Ortiz Reply

    Me encantó! Muy interesante y conmovedora la vida de Rachmaninov, tal como su música.
    Gracias y saludos a todos!

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