Tipos de voces en el canto coral

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Cantar no es más que el arte de dominar el aire que se deja pasar por nuestras cuerdas vocales, es algo similar al arte de hablar, solo que en este caso, se entona una melodía y cada persona tiene una capacidad, un registro que desarrollado con el buen respirar y sus cuerdas vocales, condicionará  su expresión musical.

La música para coros se divide o se separa, se armoniza o no, para ser interpretada por los cuatro registros vocales que se conocen, aunque entre ellos se tengan registros medios. No obstante, fueron dos los que originariamente se conocieron y se remontan al canto gregoriano cuando “para variar” se cantaba lo mismo en dos notas: una llana y otra alta, o de diferentes alturas. Los Salmos y las respuestas a las oraciones de los oficiantes, constituían los principales cantos gregorianos en las Basílicas Cristianas.

Aún no se conocía el tetragrama ni mucho menos el pentagrama como hoy se ha establecido. Así que todo era al oído o al tono de quien lo cantaba y de ahí, la diferenciación en un tono más alto para establecer las dos voces. Es de hacer notar que muchas melodías folclóricas, himnos y otras canciones tradicionales conocidas se usaban para adaptar los cantos.

A raíz de esta “novedad” muchos intérpretes del canto gregoriano armaban sus obras no solo separando la nota llana de la alta, sino que además, usando una melodía principal alternaban el tiempo entre notas de la expresión “alta” para enriquecer más el enunciado musical. También se componía música con melodías diferentes las cuales eran armonizadas o se hacían coincidir algunos tiempos y notas para establecer esa comunión entre los dos tipos de voces.

Las voces masculinas eran las dominantes, llegaron a representar las cuatro tipologías que hoy conocemos: sopranos, contralto, tenores y bajos. Esos cantantes varones en su totalidad eran huérfanos o niños y jóvenes, muchos de ellos, de escasos recursos, estudiantes de la liturgia o futuros sacerdotes, quienes comenzaron a formar los coros de las iglesias, los cuales se orientaban hacia la extensión de la liturgia del servicio en sí mismo; entre el representante de la iglesia y la comunidad oyente, era el coro quien respondía. 


Hoy en día podemos seguir disfrutando de coros de voces oscuras, aunque ya la música no es exclusivamente religiosa. Un ejemplo de ello es la interpretación de la pieza Despertar (Luis Barrios Cruz, 1898 – 1968, Venezuela), a cargo de los hombres de la Schola Cantorum de Venezuela.

Una nota curiosa es que no todos los cantantes de estos coros tenían conocimientos musicales, la mayoría cantaban por imitación de los sonidos, algo que incluso sigue pasando hoy en día en muchos coros.

El espacio que ocupaban estos niños y adolescentes incidieron en el diseño de las catedrales al anexarles un espacio funcional para el coro y fue denominado Schola Cantorum en los primeros planos de dichas iglesias. Hoy día, los coros o grupos musicales en las iglesias modernas no tienen un sitio específico y tampoco realizan las mencionadas funciones litúrgicas.

La ubicación de los grupos por cuerdas o por tipo de voz está definida por cada Director de coros. Los coristas de manera homogénea desarrollan su capacidad vocal, la acústica determina la calidad del sonido, aunque hay muchos estudiosos que piensan que en la homogeneidad de las voces y su colocación “correcta” influye en el sonido. Un tema para desarrollar a posteriori.

La incorporación de las mujeres a los coros, como hoy día se conoce, fue tardía, al igual que en  muchos otros aspectos de la vida cotidiana. Hermanas y esposas de compositores tenían capacidad interpretativa, ejecutantes de instrumentos, dirección musical y para composición de grandes obras, pero la época las ocultó, bien sea para no resaltar o bien por las actividades domésticas del diario vivir, inclusive para salvar sus vidas. No se sabe con certeza, en qué momento la mujer se inició en el canto coral, algunos autores se refieren a finales de los años 1500 e inicio del 1600 cuando fueron reemplazando las voces más agudas en los cantos litúrgicos, eran llamadas: Cantoras de Dios. Sin embargo, es a mediados del siglo XIX que la mujer destaca como intérprete en coros más contemporáneos.


Son muchos los ejemplos de coros formados por mujeres, incluso, en los coros mixtos se preparan obras en las que el coro se divide en voces claras (mujeres) y voces oscuras (hombres). Un ejemplo de ello es la interpretación de la pieza Nocturno, (Eduardo Plaza, 1911 – 1980, Venezuela) que es interpretado sólo por las mujeres de la Schola Cantorum de Venezuela.

Hoy día, el coro mixto con su distinguido juego de voces establece esa comunicación directa entre intérprete y espectador, que estremece y alimenta el alma de los más sensibles a la música coral.


La música sacra ya es común escucharla en coros de voces mixtas, como este Stabat Mater interpretado por el Orfeón Universitario Simón Bolívar.

 

¿Quieres saber más sobre este tema?… Te dejamos los enlaces a las fuentes consultadas para escribir esta entrada:

 

Teoría y práctica del canto coral, Jaraba, Miguel Angel. 1989, ediciones Itsmo, S. A. y Edititorial Alpuerto, S. A., Madrid. 

Los romances para vihuela del siglo XVI Paloma Otaola. Université Jean-Moulin. 

Alina Pelé y Blas Payril Percepción interna y externa de la distribución de las voces en un coro góspel.

Teoría del coro en las catedrales españolas.

John Walter Hill. La Música Barroca, 2008.

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