Un capítulo importante del encuentro GRAU Global se vivió en la distancia. Me refiero, claro está, a los que lo seguimos muy de cerca desde diversas partes del mundo, pero a miles de kilómetros de Madrid. Esos cientos de personas que ya fuera como ex coralistas, familiares, amigos o amantes del movimiento coral, estuvimos pendientes del reencuentro y, en especial, del concierto.
Ya en el Bloguetín anterior, Aquiles Torres, Milagros Semprún, María Isabel López, Zoila Arreaza y Judith Schmith nos hablaron de cómo vivieron el llamado y la semana de ensayos «desde el otro lado del charco». Ahora lo que les quiero contar es, específicamente, lo que fue la transmisión del concierto en vivo por el canal de YouTube. Y la razón no es otra que el hecho de habernos encontrado allí más de 250 muy emocionados espectadores.
Los que nos comenzamos a conectar antes de que arrancara la transmisión, vivimos minuto a minuto la cuenta regresiva con la misma algarabía de quién espera el cañonazo mientras entona el Faltan 5 pa las 12. Así lo percibimos muchos, tanto que hasta lo comentamos en el chat. Algunos sacaron a pasear maletas, otros buscaron uvas y una que otra hasta dijo tener puestas prendas amarillas ???… Como si todo eso fuera poco, también pasamos por algo muy parecido a lo que más de uno habrá vivido en su infancia: «no se oye bien, nos vamos a perder las campanadas, José Eduardo, Jorge, arreglen la antena de la radio, sintonícenlo bien…» Y bueno, tal como era con la radio de aquel entonces, ocurrió con YouTube, el audio a veces titubeaba, pero no había nada que nos borrara la emoción, la alegría de poder estar presentes en un evento de tal trascendencia histórica, musical y afectiva.
La verdad es que el chat fue una locura total. Una fiesta inolvidable.
La energía desbordaba las pantallas y los teclados. Hasta puedo decir que se escuchaba el bululú, ese bullicio sabroso -ahora prohibido- que se convierte en el telón de fondo de fiestas y parrandas. Por supuesto que todos hubiésemos querido estar allá. Pero esa emoción que vivimos en la hermandad que se generó al esperar y ver el concierto todos juntos, también nos regaló momentos mágicos. Momentos que, de cierta manera, compensaron la ausencia forzada de Madrid.
Cantamos, aplaudimos, reímos, lloramos, se nos quebró la voz… Fuimos felices viendo cómo coralistas y público -en la iglesia y en YouTube- recibíamos con vítores a Alberto, quien con un brillo especial nos regalaba sonrisas. Aplaudíamos a los solistas, al coro, a los de los instrumentos, a María, a José… cada uno en su casa sí, pero todos juntos con un corazón vibrante en la Iglesia.
No cabe la menor duda de que todos los esfuerzos y desvelos para lograr hacer realidad tan bello evento, valieron la pena. Gracias al comité, los colaboradores, los patrocinantes y a todos los participantes. Y por supuesto, infinitas gracias a Alberto y María por habernos dado y seguir dándonos tanto.
Vaya a todos un enorme abrazo ¡Por muchos años más de canto y hermandad! ?
Poco a poco cada quien ha ido regresando a sus actividades habituales. Pero sabemos que este evento seguirá marcando el presente y el futuro de cada uno de nosotros y de CUSIB Global. Y con seguridad, uno de los próximos encuentros virtuales a gran escala, habrá de ser en el estreno del video oficial del concierto. Ese que tendrá el registro del audio de los micrófonos profesionales y las tomas combinadas de las 6 cámaras dispuestas en distintas zonas de la iglesia ¡Allí nos vemos!
Además de la gratitud personal por las emociones vividas, no creo equivocarme al afirmar que la mayor de las recompensas fue la alegría que, en todo momento, expresó el Maestro:
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